De dónde tanta fuerza, 2024
Espacio Santa Clara, ICAS Sevilla
Si bien la vejez masculina en el arte ha gozado de una amplia y diversa representación, la vejez
femenina es una de las realidades más distorsionadas —si no directamente olvidada—.
Relegadas a la imagen de la pobreza, la brujería o al papel de la alcahueta, la identidad de las
mujeres mayores en la representación pictórica occidental queda constreñida entre los límites
de la desconfianza, la fealdad, la ocultación y el pecado.
En la obra de Virginia Bersabé los procesos de resignificación de la vejez, de lo doméstico y de
lo colectivo van de la mano de una mirada incisiva, sincera y también cariñosa de todos los
tipos de fuerza que pueden hallarse en un ser humano: la fuerza física que responde a una vida
de trabajo manual, la fuerza mental para sobrevivir a los desafíos impuestos por el género, la
etnia y la clase, la fuerza emocional para llevar sobre los hombros el enorme peso del trabajo
de cuidados no reconocido y tampoco remunerado y la fuerza colectiva de enfrentar todo esto
desde las redes de sororidad con familiares, amigas y vecinas. Reflexionar sobre la vejez
femenina es reflexionar también sobre la sociedad de la que formamos parte y representarla a
través de los códigos visuales empleados por Bersabé es constituir como sujeto artístico tanto
a uno de los grupos de población más vulnerables y vulnerados como los lugares que habitan,
sean físicos o emocionales.
Esto, la fuerza en oposición a la vulnerabilidad, es una de las muchas tensiones presentes en la
obra de la artista. Los espacios en los que la niñez convive con la vejez o la coexistencia entre
soledad y acompañamiento son otras de ellas. No existe una única forma de representar a las
mujeres cuando están solas consigo mismas ni tampoco de acercarse a sus modos de
socialización. En la pintura de Virginia Bersabé, por tanto, las mujeres trascienden el
estereotipo: nos reconocemos en ellas, reconocemos en ellas a otras mujeres y reconocemos
detalles de un imaginario colectivo todavía no suficientemente representado. En «De dónde
tanta fuerza» lo que está en el centro no es la mujer sino nuestra genealogía.
Eugenia Tenenbaum