Una vez hablaste de permanencia, 2025

Museo del Realismo Español Contemporáneo, Almería

El objetivo de esta exposición temporal de la sala II del Museo del Realismo Español
Contemporáneo es hablar de la permanencia desde el recuerdo con el propósito de
recrear un espacio de la memoria. Virginia Bersabé reflexiona sobre las relaciones
familiares y sus vínculos emocionales y la realidad inerte en el proceso cíclico de la
vida: la madurez o la vejez. Además, nos interpela sobre la condición humana
eliminando las veladuras para ahondar en la realidad de la vida cotidiana y familiar de
la artista, por tanto, su obra posee un carácter biográfico. Una pintura entre lo real y lo
veraz, llena de emoción sentimental, donde cada pieza que conforma esta muestra es
un fragmento de la historia vital de la artista.
La muestra Virginia Bersabé. Una vez hablaste de permanencia se estructura en torno
a 5 series realizadas desde 2018 al 2024, compuestas por piezas de pequeño y gran
formato que abarca todos los aspectos creativos y el gran momento en el que se
encuentra la creación pictórica de Virginia Bersabé (Córdoba, 1990), siendo esta
exposición un reflejo de la nueva ruta de la pintura realista actual.
Se hace necesario identificar los códigos visuales, los procedimientos y las estrategias
representacionales para operar desde conceptos como la vejez y los cuidados. Su
pintura se convierte en la piel de cada una de las personas que habitan el cuadro.
Todo queda visible. Cada una de las obras interactúan en varios sentidos. En primer
lugar, no se trata de mecanismos que ignoran la realidad, muy al contrario, su creación
artística se convierte en espacio idóneo en los que narrar la complejidad de un asunto
tan delicado. Por otro lado, desarrolla toda una narrativa en torno a las personas
ancianas y construye el concepto de la vejez a través de dos vías: el estigma y la
enfermedad, la dependencia; por un lado, y el amor y el cuidado, por otro.
En la cosmología de la artista, su pintura posee una resignificación artística, y su
discurso, que lo hace nuestro, se proclama como altavoz donde a través de los
lienzos, habilita nuevas formas de figuración, un realismo de corte social. A través de
las series que se reúnen en esta exposición, se produce una mirada retrospectiva a la
propia vida y a la delicadeza a la hora de contarla. Son recuerdos de infancia,
momentos actuales, vivencias superadas y desde allí, plantea preocupaciones
humanas comunes. Sobre azul (2018) o Dime qué pañuelo quieres (2020)
secuencian este hecho.
Desde la refiguración se otorga nuevas categorías narrativas desde lo que piensa el
sujeto, es decir, cómo pone en cuestión el quién, a la autora de la acción o del relato,
Al borde del abismo, (2017) o Donde murmuran (2017), trabaja la edad, la vejez como
arquetipo humano. En definitiva, se trata de rememorar el pasado y honrar el presente,
seguramente sean imágenes que se queden grabadas en nuestras retinas. El cuerpo
de la pintura y cuerpo biológico se fusionan en obras como S/T (2018), dos piezas
realizadas en gouaches sobre papel donde se aprecian por una parte las condiciones
psicológicas y el tiempo biológico y por otra, las huellas del paso del tiempo en la piel.
Se trata de ponerse en la piel de los demás, de nuestros mayores. Así, la pulsión por
retratar a mujeres mayores le viene dado por su condición de pintora. Lo afirma la
propia artista “comencé a pintar lo que me rodeaba, una familia matriarcal, con mi
madre metida en el mundo de los cuidados por enfermedad de mi padre y mi abuela
en casa. Generó una intimidad, un diálogo intergeneracional y un vínculo muy
estrecho con ella”.
Partiendo de que en las sociedades contemporáneas ser viejo/vieja es sinónimo de
pobreza en lo económico, inactividad en lo laboral, marginalidad en la vida socio
cultural y enfermedad en la salud , la vejez opera en cada una de las obras de Virginia
Bersabé, lo hace desde el foco de la subjetividad y desde una perspectiva donde
habilita la posibilidad de tomar el relato desde la otredad y revestirlo de emocionalidad.
Virginia Bersabé involucra al espectador para construir un nuevo discurso que no
necesita palabras, donde la piel de lo humano y la piel de la pintura, se convierten en
los guías de la narración. Observar sus obras Mapa interior I, Mapa interior II (2017),
implica confrontarse a una pintura llena de verdad profunda, de vulnerabilidad, de
fragilidad pero de fortaleza y amor, reflejo fiel de la calidad humana y de un ambiente
de cercanía y familia. La artista focaliza nuestra atención donde nadie quiere mirar,
pone sus recursos plásticos y visuales sobre la madurez femenina y el espacio
doméstico a través de retratos personales, convirtiendo su pintura en un espacio
colectivo y a la vez individual para invitarnos a dialogar íntimamente con cada una de
sus obras, sin filtros, sin tapujos. Solamente, en un acto de mirada sincera nuestra
concepción de belleza se desmorona.
En ese diálogo, la relación entre espacio-tiempo y la vejez funciona como un
testamento transgeracional. El envejecimiento como relato, el dar cuenta de los modos
en los que un sujeto se percibe, se ve y se comprende como tal, tanto por sí mismo
como por el otro, en una lógica temporal que implica el propio discurrir de la vida, tiene
fuerza en obras como Sobre las estrellas, (2017), pues a partir de ellas, Virginia nos
posiciona ante la longevidad, el paso del tiempo, el deterioro; genera una reacción,
nos confronta con la realidad mediante el tocador y ahora somos los espectadores
quienes nos miramos a través del espejo, a la vez que descubrimos un rostro que nos
puede ser familiar, en una acción face to face.
El cuerpo envejecido se hace presente con una imagen y voz propia, es un cuerpo
doliente, el cuerpo de quien fue y ahora es otro, un cuerpo que parece casi ajeno al
mirarse al espejo, En su espejo (2016) o Estampistas en la azotea (2022, Galería
Birimbao de Sevilla). Esta pieza conecta con el resto y amplifica la visión de quien
envejece y se ve afectada por el tiempo, pero no solo desde lo corpóreo, sino
mediante lo afectivo, convirtiéndose prácticamente en una experiencia existencial. Lo
importante que es reconocerse y que nos reconozcan, como punto de reflexión. Sin
embargo, en cada ángulo, en cada fragmento, en cada pieza, nos conecta con un
recuerdo, con una superación, con una herida transpersonal.
Virginia Bersabé interpela al sujeto desde un contexto intimo, lleno de significados y de
circunstancias vitales, aunando pasado, presente y futuro en un mismo lienzo o
gouache, técnicas a las que suele hacer uso. Desde diferentes fragmentos,
encuadres, ángulos expone el cuerpo de la anciana como un cuerpo otro, desde el
edadismo. Aborda la vejez como una otredad que está basada en la organización que
nuestra sociedad ha organizado o impuesto en la vida contemporánea. Sin embargo,
en esa negación, Bersabé carga la pintura de ternura, por tanto en cierta manera,
estas imágenes deben de formar parte del imaginario colectivo de la sociedad. Ser
vieja puede devenir una categoría rechazada o mortificante según la mirada social que
nuestra cultura impone. Hacerse viejo tiene connotaciones negativas utilizándose
dicho término como sinónimo de enfermedad, incapacidad o limitación funcional. La
vejez como etapa de ciclo vital, tiene rasgos y diferencias entre el momento que las
personas llegan a ella.
Las huellas del paso del tiempo en la piel , Pies (2016), la condiciones psicológicas Al
borde del abismo (2017) y tiempo biológico Donde murmuran (2017) la edad, la vejez
como arquetipo humano Armonía (2016), el alzheimer Un viejo tic tac (2017. Galería
Birimbao de Sevilla) Alrededor de una mesa camilla (2022.Galería Birimbao de
Sevilla). Seres deshabitados de su propia memoria En su habitación (2016), donde la
mera presencia ya es memoria. Silencio distante. Dignidad de lo cotidiano.
Con esta dignidad, con ternura cerramos el ciclo vital de la exposición, a través de la
pieza Y besarás la frente de tu tiempo (2017), una obra colosal que mide 7 x 4
metros de altura, una metáfora de la pintura y de la vejez, un retrato para hablar desde
el amor, en un acto de conciliación transgeneracional.
Comisarios: Juan Manuel Martín Robles
Produce: Fundación de Arte Ibáñez Cosentino
Organizan: Excma. Diputación Provincial de Almería y Fundación de Arte Ibáñez
Cosentino

Catálogo en papel disponible a través de murecalmeria@dipalme.org
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Virginia Bersabé
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